La Navidad es una época para disfrutar al máximo de la
comida, podría decir que incluso podemos llegar a odiarla en un momento dado
(bueno, yo no, pero la gente normal sí). El caso es que gracias o por culpa de
las numerosas cenas que tenemos en esta época del año, podemos conocer lugares
de los que no sabíamos de su existencia, redescubrir otros olvidados o tachar
algunos de nuestras listas de preferencia. A mi, me han pasado casi que las
tres cosas.
Empezaré con mi descubrimiento, en este caso no se trata de
un restaurante sino de un gastropub, se encuentra en la conocida como Plaza de
los Maestros y se llama:
Mario&Mariola
A fe de seros sincera no he probado aún su comida, pero la
he visto y tiene una pinta exquisita, por lo que lo tengo en mi lista de
futuras visitas. Entonces ¿por qué nos habla de este lugar?-os preguntareis- Muy sencillo, porque solamente su ambiente
me enamoró, es un sitio con una decoración preciosa, estilo romántico, lleno de colores pastel, madera y muchos
mensajes positivos a lo largo de sus paredes, además, tienen detalles muy
chulos, la vajilla es preciosa y original y tienen para elegir un montón de tés
especiales que sin duda valen la pena probar, además no es un ambiente muy
ruidoso y puedes disfrutar de una buena conversación. Tiene dos partes
diferenciadas, nada más entrar encuentras la zona de la barra, y al pasar esta hay un salón comedor donde puedes sentarte aunque solo vayas a beber.Como anécdota os contaré, que un día fui con una amiga a charlar y ¡HORROR! nos encontramos con que tenían puesto en la tele de la zona de la barra el derbi del Madrid y el Atleti, pero la verdad es que pese al temor inicial he de decir que nos sentimos como en casa, no tuvimos
que hablar alto ni nada por el estilo, nos sentimos muy cómodas en este lugar,
así que por todo ello lo recomiendo al
100% y lo quedo pendiente para una visita y una reseña gastronómica un poco más
adelante.
Los Duendes
El sitio que he tachado estas Navidades de mi lista ha sido
toda una decepción, es el lugar donde celebramos la cena de empresa, y ha
pasado de ser un sitio genial para repetir una y mil veces ( de hecho el año
pasado fui en 3 cenas diferentes) a no
querer volver en la vida, pero no sólo yo, todas y cada una de mis compañeras,
que el año pasado lo alaban han pasado a odiarlo. Os cuento mi experiencia,
reservamos la cena para las 10 de la noche y nosotras quedamos a las 9.30 en el
mismo local para tomar algo antes y así asegurarnos ser todas puntuales, y allí
estábamos preparadas y listas para comer a la hora indicada, - ilusas de
nosotras- una hora tuvimos que esperar desde la hora de la reserva hasta que
por fin pudimos sentarnos, que no comer, pues pasaron unos 40 minutos hasta que
el primer plato del menú llegó a nuestra mesa,
¿ y qué era ese plato tan especial que tarda tanto en cocinarse? ¡¡¡¡ Dos
ensaladas!!!!, pero de la comida hablaré más tarde, volvamos a lo de sentarnos, tenían el restaurante
lleno, cosa que es totalmente entendible, lo que no se entiende es que nos
sentasen en dos mesas de terraza con sillas de terraza en medio de tierra
hostil, nos encontrábamos en la frontera que separa la barra del restaurante,
justo en medio de la salida de la cocina, la barra y en el paso de todos los
comensales que querían hacer una visita al baño -en el cual al final de la
noche descubrí una mega cucaracha¡¡¡¡ OMG!!!!- o a la calle para fumar en uno de los
interminables descansos que todos sufrimos entre plato y plato, así que nos
sentíamos poco menos que como los niños a los que los adultos reniegan a la
peor mesa en los banquetes y reuniones familiares; pero esto no fue todo, la
noche siguió dándonos sorpresas y es que ni la comida ni casi el servicio se
salvó esa noche, el precio y el menú estaban pactados de antes, sobre eso no
hay queja porque lo aceptamos antes de ir, pensando, como es lógico que al
menos la calidad de la comida estaría a la altura de los 18€ por los cuatro
platos, tres de ellos para compartir entre cuatro, pero nos equivocamos, la
ensalada era lo único que podía medio salvarse, los huevos rotos para repartir
entre cuatro eran de risa, y el primero que teníamos cada uno ni os cuento, a
parte de ser pequeños, la guarnición era una mini montaña de champiñones de
bote con dos mini trozos de patatas fritas y otra mini montaña de zanahoria
rallada y los postres… mejor ni hablar, con deciros que nosotras, amantes del
dulce, ni dimos una cuchara por persona, y no por la cantidad sino por lo malas
que estaban los cuatro trozos de tarta industrial que finalizaron nuestro menú.
¿El servicio? No puedo generalizar, dos de los chicos que nos atendieron fueron
amabilísimos, incluso se disculparon por todo pero una de las camareras, que
creo es la encargada, dejó mucho que desear, ni se acercó a disculparse, ni a
dar explicaciones, además de hacer una
cosa feísima que a todas nos molestó mucho, y es que en el menú entraba vino, y
pedimos Dulce Eva o Primavera, que había sido lo que habíamos tomado en la
barra y en vez de decirnos que no entraba en el menú nos dijo que no había,
cinco minutos más tarde vimos pasar una botella del almacén a la barra, ¡decepcionante!. En resumen, mala calidad de comida, mal servicio y ni un misero
detalle después, ¿resultado? Que ninguna de nosotras ni de nuestros conocidos
vuelvan. Es cierto, que entiendo que la Navidad es una época muy dificil para la hostelería, pero creo que las cosas se pueden hacer mejor.
Piccola Italia
Para terminar y dejaros buen sabor de boca pero también con
la miel en los labios, os hablaré de mi sitio redescubierto, se trata del
Piccola Italia, en el Nuevo Cáceres, un italiano al que fui con mis compañeros
de italiano de la Escuela de Idiomas y al que todos sin duda queremos volver
cuanto antes,de hecho yo no me resistí y volví para celebrar la noche de
Reyes, no os adelanto mucho, solo que la comida es exquisita, las pizzas están
para quitarse el sombrero, los postres son para chuparse los dedos una y otra
vez y el precio es muy asequible, pero no quiero adelantaros mucho más, que
quiero hacer una reseña para que lo conozcáis en profundidad, solo os diré una
cosa, si probáis, repetereis.
Espero que os haya
gustado esta entrada, que hayais pasado buenas fiestas y que vuestras
experiencias gastronómicas hayan sido todas buenas, no dudéis en contármelas.
Un saludo.
Fantástica reseña.
ResponderEliminarRespecto a la comida del Mario&Mariola esta rica pero es bastante cara para lo que es.
Yo también he tenido una experiencia similar a la tuya en los duendes pero en un sitio distinto. Este año hemos celebrado la comida de Navidad en el mismo lugar que el año pasado ya que salimos más que satisfechos, en cambio este año el precio ha sido mayor, las raciones más escasas y el trato peor. Conclusión no volvemos.
Saludos.
¡Muchas gracias!. La verdad es que es peor repetir en un sitio que te ha gustado y que te decepcione a ir a uno que no te guste directamente. Muchas gracias también por tu opinión de Mario&Mariola, pronto subiré mi reseña y compararemos opiniones :).
EliminarUn saludo.
¡Me apunto el Mario&Mariola y el Piccola Italia!
ResponderEliminarDe los duendes...Mejor paso...He ido alguna vez y no me gustó mucho, la verdad...Pero visto lo visto, veo que es su trato habitual....
Pues he leído hace poco en un periódico que lo recomendaban como parte de Cáceres ciudad de la gastronomía y me he tirado de los pelos, pero en fin, para gustos...
EliminarGracias por pasarte